sábado, 27 de diciembre de 2008

Hoy es diferente: hay interné


Alguna vez pregunté a un cuarentón casi cincuentón cuál era su opinión sobre la diferencia entre los jóvenes de su época y los de hoy. Me respondió muy profundamente: “hoy es diferente”. Como soy medio corto, me quedé con ganas de que me explique más. Entonces insistí en que sí, claro es diferente (por eso pregunté), pero necesitaba saber cuál era su opinión del por qué “el sistema”, “la circunstancia”, “el milenio”, o lo que quieran, hace o hizo que el joven de hoy prefiera dedicarse a crear una dirección en My Space o en Facebook, y no reunirse en casa de fulano para hablar cómo se crea un partido político o una asociación civil para ayudar a los cangrejos y después tomarse un vino en el río más cercano, y al otro día salir a protestar por los desaparecidos. “A ver si me entendés, nene” -me dijo- “hoy es diferente”. Y para no quedarme con que hoy es diferente por eso los chicos son diferentes, le di vuelta y le pregunté qué hacía con los amigos en su época de pibe, cuando tenía tiempo libre. Entonces me empezó a contar todo (esta vez la pegué con la pregunta, pensé). Me contó que iba mucho a pescar -porque los ríos estaban sanos-, que jugaba al “fulbo” -porque había un potrero en cualquier lado-, que se reunía a la noche con los pibes del barrio para charlar sobre minas, política, y cuántas cosas pasaban, reunidos en el “clú”, -porque había “un clú en cada barrio”. Ahí jugaban al truco, renegaban con el equipo del domingo, y organizaban salidas “por ahí, porque todo era diferente entendés, nene” -me explicaba- “hoy vos no podés pedirle a un pibe que haga todo eso como antes porque hoy tienen otras cosas, tienen interné, tienen tele, tienen esos mp3, cuatro, siete, no se cuánto, ¿entendés?”. Y la verdad no entendí mucho, porque no encontré ninguna diferencia entre lo que me contó de antes y hoy: excepto eso de los “clú” en los barrios, porque acá en Misiones no son tan populares. Todo el resto es exactamente igual. Pero según el cuarentón casi cincuentón, seguramente padre de un pibe de hoy, “no se les puede pedir que hagan todo como antes, porque tienen interné”. Entonces le pregunté si eso de no pedirle que hagan lo de antes incluye el pensamiento, la razón, el argumento, la responsabilidad, las ganas de laburar, el interés por el desarrollo social, que tenían antes, y hoy ni siquiera saben qué es.
Hubo un gran silencio. (Metí la pata de nuevo, pensé).
Pregunto, le dije, porque si bien hoy las luces de navidad se pueden pedir por Internet, la navidad sigue siendo la celebración del nacimiento de Jesús. Y si bien, los diarios se pueden leer por Internet, siguen siendo noticias escritas. Y por más que hoy uno pueda escribir un diario personal (como este) en Internet, lo que escribe es de elección personal, propia del pensamiento de cada uno, ¿no? ¿O porque hay Internet y más tecnología hoy -que antes no había- la inteligencia y el pensamiento tiene que ser saber manipular un DVD y no cuántos bloques hay en el Concejo Deliberante?
Quizás metí la pata en serio, porque el silencio se extendió demasiado, y con una mirada que daba miedo.
Hasta que de pronto se me iluminó la cabezota y le entendí al cuarentón casi cincuentón: “claro, hoy pensamos en pavadas y nos dedicamos a hacer lo que todos hacen, por culpa de interné, ¡por eso lo pibes de hoy son diferentes, porque hoy es diferente!”.

jueves, 18 de diciembre de 2008

Al vésre


Una señora una vez escribió sobre un reino al revés, en donde “nada el pájaro y vuela el pez” y “dos y dos son tres”. Y encima le puso música a lo que escribió, y le salió tan bien que a todos les gustó. Es que esta mujer no sólo supo traer hasta nosotros ese mundo que no conocíamos, sino que nos hizo reír con bebés que usan barba y con un año que dura un mes, y todas esas situaciones que para nosotros son totalmente diferentes, porque en nuestro planeta ni siquiera nos imaginamos que “nadie baila con los pies” y que “un oso cabe en una nuez”. ¡Qué mina esta! Me hizo reír en serio. Sinceramente creo que justo antes de escribir recibió un gran golpe en la cabeza y se quedó al revés. Pero lo hizo tan bien que parece que vino de verdad de un reino en donde “hay mil quinientos chimpancés que si mirás no los ves”. A parte tiene una voz tan dulce para contarlo que en vez de convencerte con gritos y ruidos, te vacuna despacito con suaves acordes de guitarra para llevarte a ese universo tan absurdo para nosotros los normales. Creo que por eso nadie le dio un cinco de bolilla. ¡Como se le va a ocurrir semejante cosa! Imagínense un país en donde “un ladrón es vigilante y otro es juez”. ¡Qué tipa loca! Con razón en las casas de música la ponen en el sector de los chicos, porque sólo los nenes se pueden tragar esa bobada. Voy a presentar un proyecto en el concejo para que esa clase de cantautores inmaduros no lleguen a nuestra ciudad a meternos ideas taradas. Total estoy seguro que existen la cantidad necesaria de concejales que van a entender y aprobar por mayoría esta idea de proteger nuestras mentes.

lunes, 8 de diciembre de 2008

Fiestas políticas


“Hoy todo es política”, me dijo uno los tantos choferes de los colectivos locales, que siempre tienen algo para contar. Sólo hay que escucharlos, porque está prohibido hablarles mientras manejan. “Hasta las fiestas están politizadas”, me contó. “Si vos querés un chanchito o un chivito, acercáte no más a uno de los que anda en la política y te consigue”, se reía, mientras yo también, pensando que era una broma. “¡No! En serio”, me aseguró transformando el rostro en uno serio. Fue tal mi consternación ingenua, que además de sentirme un total boludo, reaccioné con una expresión que se me pegó más por influencia de la que persona con quien trabajo todo el día, que por incredulidad: “¡no te puedo creer!”, le dije. Y sí, señoras y señores, ciudadanos y ciudadanas, argentinos y argentinas, ustedes también tienen acceso a estos pedidos especiales. Pero, como principal regla, no podemos publicar quién es la persona que consigue su carne preferida ni su contacto. Usted debe averiguar solo. ¿Cómo?, preguntando como yo. ¿Tiene problemas de timidez?, no importa, consiga alguien que pregunte por usted. Trate que sea del mismo partido. Si le dicen que el que consigue es “un compañero”, no envíe a “un correligionario” para conseguir lo que desea, porque en vez de un chivito pueden mandarle un perro. O si le dicen que todo viene por la vía “Pro”, es porque el origen del chancho es el mismo chiquero que el de los demás, pero lo tiene que ir a retirar en un “chill out” organizado especialmente en un cinco estrellas. Obviamente, para este caso vaya en un auto en buen estado y que no pase de los cinco años de antigüedad. Que no se le ocurra bajarse de un colectivo con una conservadora de tergopol y pedir que le den “el chochan que le pedí al tipo aquel”. ¡No sea ignorante, no se lo van a dar! Todo cambia si el contacto es “un K”. Si es así, no diga que es “peronacho de nacimiento” pero tampoco diga “que tiene la sangre roja y blanca”. Que ni se le pase por la cabeza decir que es zurdo y a la misma vez condene la época infame de la dictadura. No olvide que si quiere ver a su corderito abierto de par en par en su estaca, use frases como: “nosotro’ lo’ descamisados sabemo’ que la casa está en orden con Néstor, ¿viste?” o “todo bien con los del campo ¿viste? -no se olvide de incluir “viste” en todas las oraciones, si es posible sin la “s”-, pero los tipos se zarparon con no mandar la carne, ¿viste?” O también puede zafar si se manda con una como “está bien conservar lo’ bichos, el monte y los hielo’, vi’te, pero tampoco la pavada loco, nosotro’ también nos merecemos una buena vida como los yanquis”. Con esto puede llegar a cenar muy bien en las fiestas. En el caso que no le vaya “la onda política” y se le haga imposible, le sugiero que consiga el contacto a través de un colega, de esos que saben todo y no dominan nada, que gritan para adentro porque por ahí les escuchan, y seguro que llega hasta los más grandes. Bueno, por ahí no le dan el bicho que usted quería, pero seguro va a tener un análisis socio-político-cultural-psico-filosófico como ninguno. Algo es algo. Total las fiestas es para juntarse, hablar un rato, perdonarse, morfar, chupar, y pelearse de nuevo hasta la próxima joda. ¡Qué coincidencia! ¡Como los políticos! ¡Ahora le entiendo al chofer!