domingo, 30 de enero de 2011

El viento despeinó el árbol

Colonia tiene plátanos en muchas de sus veredas; en la mayoría de las del centro principalmente. En verano están llenos de hojas verdes, y dan sombra a toda hora, como creo que muchos hemos soñado que así sea en Iguazú, y en muchas ciudades de la Argentina en donde el calor hace que algunos piensen cada vez más en lo que vale vender un aire acondicionado que en esperar que crezca un árbol.
La gente de aquí gusta de los plátanos, principalmente cuando alguien de afuera los elogia, pero para no despegarse del carácter plañidero latinoamericano, también se queja que en la maduración de los frutos con semilla, la brisa hace volar una especie polvillo que molesta a la respiración cuando exagera en cantidad.
Pero, por más que los plátanos también sean parte de la imperfección de esta vida, que juzgada por los humanos siempre necesita de un detalle para mejorar, son verdaderamente hermosos y útiles: quizás como lo pensó aquél idealista que propuso plantarlos, cuando todos criticaban que irían a tomar mucho tiempo en cumplir su propósito.
Fiorella, mi hija mayor, los conoce y sabe que se llaman plátanos. Cada vez que los ve los señala para decirme que es uno de ellos, y hasta puede reconocer las hojas. Ella nació en Iguazú, y tiene la exacta edad del amor, más las mismas características que hacen que me enamore de ella en cada palabra, en cada sonrisa, y en cada mirada.
Y quizás será la misma baba de padre que haga que escuche aquello que Fiorella a sus tres años y medio dice, no hablando lingüísticamente correcto, sino poniéndole poesía a lo que dice –una rareza, aun en los adultos más rectos.
Ella fue quien, a los dos años, dijo que un caballo tenía lentes cuando vio pasar a un equino con orejeras, y me hizo pensar en los humanos que nos confunden con sus lentes, cuando en realidad son sabelotodo con orejeras. Fiorella, quien también lleva el nombre en guaraní Araí, es quien goza de las pequeñas olas del río diciendo que juegan dibujando en la arena; y prefiere cantar El reino del revés, pidiéndola cada vez que quiere decir que en el reino del revés el río está arriba y el cielo abajo, un oso cabe en una nuez, y un ladrón es vigilante y otro es juez.
Ella fue la que miró hacia arriba esa tardecita para decirme que una nube estaba tapando el sol, y yo le expliqué que en realidad estaba oscureciendo, pero a ella le gustó más decir que el sol estaba bajando para que del otro lado suba la luna con sus compañeritas, las estrellas; y señaló que mientras tanto el viento despeinó el plátano que estaba sobre nosotros, como cuando la vida nos despeina el poco pelo que nos queda mientras el sol baja y la luna con las estrellas alumbran la noche sola sin sentir.

miércoles, 26 de enero de 2011

No soy

Mientras enero se retira llevándose el sol de a pedacitos, alguien me pregunta si soy feliz. Es que las horas hicieron que volviera a mi espacio para compartir sobre los países más felices del mundo, y eso dejó el flanco abierto para que entrara la duda sobre mi alegría.
La verdad es que me gustaría definirme como alguien feliz, una persona que vive la vida a pleno, sin arrepentirse de cada paso que da, disfrutando de los segundos sobre este increíble escenario gigante como un regalo único. Me encantaría describirme como un sujeto con un constante motivo alegre, que encuentra dentro de sus días razones para sonreír, creando una epidemia de bienestar, sintiendo que los momentos son mejores cuando se cargan de pequeñas caminatas mateando despacito que de corridas para llegar a tiempo.
También sería honesto si digo que me deleitaría que me reconozcan por la frescura de una sonrisa o por rebuscar simpatía dentro de la pegajosa desdicha diaria. De la misma manera disfrutaría que entre los recuerdos amontonados destellen instantes de siestas risueñas y explosiones de risas viscerales en noches abrigadas. Juntaría a todos para tirarme sobre ellos revolcándome en un desván destinado al regocijo permanente, en donde solamente quepa yo, mis risas, y ella.
Pero, le digo a quien quiera que se haya preocupado por mi felicidad, que no soy feliz. Dentro mío sólo retumban los pasos sobre las piedras blancas que supieron hacerme soñar, y la brisa solo acaricia lo de afuera, robando algún suspiro que suelta sin querer una sonrisa nostálgica. Y que estoy triste porque tengo la certeza de haber rozado la alegría, tan parecida al amor. Estoy triste, en realidad, porque fui feliz.

domingo, 23 de enero de 2011

The World's Happiest Countries

Most of the nations atop our list are democratic, business-friendly, and boast strong social safety nets.
By Christopher Helman
Think about it for a minute: What does happiness mean to you?
For most, being happy starts with having enough money to do what you want and buy what you want. A nice home, food, clothes, car, leisure. All within reason.
See the full list of The World's 10 Happiest Countries
The Top 5 Happiest countries in the World
1. Norway
2. Denmark
3. Finland
4. Australia
5. New Zealand
But happiness is much more than money. It's being healthy, free from pain, being able to take care of yourself. It's having good times with friends and family.
Furthermore, happiness means being able to speak what's on your mind without fear, to worship the God of your choosing, and to feel safe and secure in your own home.
Happiness means having opportunity--to get an education, to be an entrepreneur. What's more satisfying than having a big idea and turning it into a thriving business, knowing all the way that the harder you work, the more reward you can expect?
With this in mind, five years ago researchers at the Legatum Institute, a London-based nonpartisan think tank, set out to rank the happiest countries in the world. But because "happy" carries too much of a touchy-feely connotation, they call it "prosperity."
Legatum recently completed its 2010 Prosperity Index, which ranks 110 countries, covering 90% of the world's population.
To build its index Legatum gathers upward of a dozen international surveys done by the likes of the Gallup polling group, the Heritage Foundation and the World Economic Forum. Each country is ranked on 89 variables sorted into eight subsections: economy, entrepreneurship, governance, education, health, safety, personal freedom and social capital.
The core conceit: Prosperity is complex; achieving it relies on a confluence of factors that build on each other in a virtuous circle.
Ultimately how happy you are depends on how happy you've been. If you're already rich, like Scandinavia, then more freedom, security and health would add the most to happiness. For the likes of China and India (ranked 88th), it's more a case of "show me the money." What they want most of all? The opportunity to prove to themselves that money doesn't buy happiness.
No. 5: New Zealand
With very high levels of social cohesion and a first-place ranking in education, New Zealanders trust and help each other. The country ranks first in civil liberties. Ninety-four percent found the beauty of their physical environment satisfying (the other 6% must be blind).
No. 4: Australia
Excellent education, strong personal freedoms, a tight-knit society. Australia's economy is strong, led by raw materials exports, but it's also a good place to start a business, with plentiful Internet connectivity and low startup costs. Aussies trust their government.
No. 3: Finland
Excellent education, universal health care, plentiful personal freedoms, trusted government, peaceful. Lots of R&D and low business startup costs give the Finns economic strength. But as is to be expected in a country with the highest redistribution of wealth, only 75% of Finns believe working hard will help them get ahead.
No. 2: Denmark
The world's lowest business startup costs, excellent education, unrestricted civil freedoms. Danes have overwhelming faith in their government and in each other, and report the highest standard of living in the world.
No. 1: Norway
The world's highest per-capita GDP at $53,000 a year. Spending on health care is second-highest after the U.S. An unparalleled 74% of Norwegians say other people can be trusted, 94% are happy with the beauty of their environment, and a very high 93% believe hard work will help them get ahead in life. Having a lot of oil and gas reserves helps.
See the full list of The World's 10 Happiest Countries

lunes, 17 de enero de 2011

Mías, tuyas

Hay veces que me pregunto qué significan mis letras para vos. Si las buscás porque así llegué alguna vez o si es porque estoy más cerca desgranando palabras del racimo en donde bebemos el zumo que nos une. Tal vez sea porque en cada rasgo hay algo muy tuyo que refulge a toda vista, emulando el brillo de tus ojos mientras recorren las líneas. También puede ser que los trazos eclipsen mis imperfecciones para darte siluetas del hombre que siempre quisiste. Y por qué no querer tocarlas cuando señalan la dulzura de mango que reboza tu piel, o el durazno de tu boca.
Pero quizás no sea necesaria una razón por la que deseás mis letras. Solamente puede existir un gusto, un deseo, un capricho, aunque sé por las infinitas aclaraciones tuyas que nada mío te gusta porque sí. Las elegiste porque llegaron profundo, según me contaste, y te llevaron a preguntar de quién eran. Y por más que hoy, después de tanto recorrido sobre intensos renglones de noticias, frases, opiniones, crónicas, y cuentos, no logre encontrar el por qué de tu deseo de mis letras, puedo asegurar que son tuyas, sólo tuyas.