lunes, 6 de abril de 2009

Un consejo para Tita y Toto


Como soy un experto en la materia, y con tantos años de experiencia en análisis políticos, me siento con total autoridad para aconsejar a cualquiera que tenga intenciones de seguir los pasos de la excepcional carrera política. Definitivamente, una carrera, porque el ascenso es inmediato, si las estrategias son aplicadas como corresponde. Sin embargo, si no se toman los recaudos necesarios, el descenso y la desaparición pueden ser tan vertiginosos como el ascenso. Por ello, correctamente, a la participación en el ambiente político se le denomina “carrera”.
En esta oportunidad, después de haber regalado tantos exitosos consejos y sugerencias a candidatos de fórmulas ganadoras, me atrevo, con toda la humildad que me caracteriza como hombre superior, a hacer lo propio con los candidatos a concejales del Frente Renovador oficialista: Iracema “Tita” Da Silva y Luís Teodoro “Toto” Sánchez, y no Roberto Sánchez, como lo llaman algunos por confundirlo con su compañero de trabajo, o simplemente por no recordar que hay que hablar CON él primero para después hablar DE él.
Además, quiero aclarar que mi objetivo es puramente filántropo y no lucrativo, porque ocurre que siempre elijo a candidatos que poco tienen de financiero, para justamente llevarlos al éxito económico que después redundará en beneficios para todos, como los que hoy gozan de su buena posición por haber escuchado mis consejos.
Así que, Tita y Toto, quiero dejarles estas “dicas” -palabra portuguesa que aprendí durante mis extensos viajes por las ciudades brasileñas de Foz do Iguaçu y Dionisio Cerqueira, y que significa algo así como “ayudita” en nuestro idioma- para que les sirvan como guía en este camino tan escabroso y maravilloso a la vez como la política iguazuense.
Primero, quiero que se cambien esos apodos tan vulgares que tienen. Les sorprenderá lo que digo, pero es verdad. Tienen que elegir llamarse y hacerse conocer por otros nombres, que den más status marketinero a sus personas. Sugiero algo como Amy y Jack, o Yoko y Mick, o adueñarse de algún apellido extranjero, para que la gente de potenciales votos les asocie con personas de bien y de mucho poder adquisitivo que sólo quieren estar en puestos como el que pretenden para lograr cambios estructurales en la sociedad, y no para enriquecerse a sí mismos. “Tita” Da Silva y “Toto” Sánchez denotan una afinidad con lo popular, lo barrial, lo arrabalesco, y contacto con segmentos de poca cultura, y eso causa que se los asocie con ese tipo de gente justamente. Como verán, en la carrera política es muy importante “la imagen” y “la asociación” que se hace con esa apariencia.
Bajo es misma premisa, les ruego que cambien los automóviles que tienen y busquen “moverse” con mejores móviles y en lugares de más finura. Ese Falcon verde del año del ñaupa, descolorido y desalineado, moviéndose en el polvo y el barro de las calles de tierra de los suburbios, no dará ningún buen resultado en la búsqueda de una imagen políticamente correcta, señor Toto, ¿o ya debería llamarlo Jack para ayudar al cambio? Y ese móvil del municipio, señora “Tita”, ¿o Amy?, tan anticuado y mugriento con barro de las “afueras”, solamente servirá para dejarla con la gente con que siempre contactó durante su función en un departamento como ¿¿Acción Social??, ¡por favor!, pida urgentemente que le trasladen a otro sector del gobierno, o que le creen alguno que le provea de contactos más jerárquicos, como “Planificación Estratégica para el Desarrollo Turístico y Cultural de Iguazú”, y salga inmediatamente de ese departamento social que para lo único que sirve es para atender a los pobres, que ni siquiera saben hablar.
Y justamente, sobre el tema de hablar, señores Amy y Jack, es imperiosa la necesidad que tienen de mejorar el léxico y la dicción en todo sentido, para que la expresión de la que hacen uso sea una propia de políticos de jerarquía, y no meros candidatos populares. Para esto, les sugiero que participen en los impresionantes programas de análisis político que se dan en nuestra ciudad. En ellos, se foguearán con inteligentísimos conceptos como, “quién va a jugar con quién”, o profundas interpretaciones como “anoche hubo un asado en lo de y no estuvo el candidato tal”. Eso sí, asistan preparados a tales programas porque las preguntas allí pueden llegar a rozar lo sublime, y quedaría pésimo que no sepan responder a cuestionamientos como “Che, Totito, me parece que uste’ está arreglando con el otro la’o y no lo quiere decir, ¡usté es muy hábil!”, o “Tita, me parece que uste’ está pichada porque el otro le descubrió, eh!”. Además, cuídense de no decir nada que ya se sepa a gritos en todos lados, porque puede ser tomado como exclusivo o primicia, y después qué se hace cuando ya se dijo. Cuídense del ridículo.
De esa manera, y con móviles como una 4x4, o algún deportivo, y con contactos de puro nivel estratégico, que más tienen que ver con la inteligencia y la gestión que con lo parentesco y el compinchismo, se sentirán seguros para asistir a reuniones en finos bares y cafés nocturnos de nuestra ciudad, en donde obviamente se desarrollan las ideas y las estrategias de fórmulas ganadoras. Sáquense de la cabeza andar por los suburbios y las afueras ayudando al populacho, eso no lleva a ningún lado. Comiencen a asistir a programas de radio y televisión, y muévanse entre gente de alta alcurnia, que tiene ideales y siempre demostró capacidad de mando. Empezando por seguir estas humildes sugerencias, mis queridos ex Tita y ex Toto, y actuales Amy y Jack, los dos podrán disfrutar con anticipación de la victoria, como los que siguieron mis consejos y llegaron al gobierno. Porque, sinceramente, no deseo que les suceda como les sucedió al verdulero ignorante y al comerciante vulgar, que prefirieron seguir con sus chatarras y por los barrios en sus campañas, y nunca llegaron a ser concejales.