miércoles, 21 de enero de 2009

No proteste, emigre


El 12 de enero salió publicado un informe de la Organización Internacional para las Migraciones (OIM) en el diario Crítica Digital que dice que hay 806.369 argentinos residiendo fuera del país, y que eso significa 34% más de los 600 mil registrados en el año 2000, justo antes del estallido social y la devaluación. Según el informe, el 50% de estos argentinitos se fueron a Estados Unidos y a España, justo los dos países con leyes más estrictas en temas migratorios. Para un experto, Jorge Gurrieri, la mayoría se va por motivos económicos y en algunos casos por motivos culturales. Gurrieri dice que en Argentina hay “una cultura de la emigración”. Otro estudioso del tema, Enrique Oteiza, dice que los que se fueron antes y después de 2001 se enfrentan hoy al dilema de volver o no volver. Contó que escuchó noticias de argentinos que durante esta crisis se quedaron sin empleo en Estados Unidos, y para comprarse un pasaje de regreso tuvieron que pedir de emergencia dinero prestado a la madre jubilada que vive acá. Por otra parte, las empresas informaron al Instituto Nacional de Estadística y Censo (INDEC) y a la OIM que Argentina sufre de falta de mano de obra profesional, justamente por la fuga de argentinitos al exterior. Gurrieri dice que “la fuga de técnicos, científicos, y especialistas genera agujeros difíciles de tapar, y eso retrasa el progreso del país”. ¡Y acá se armó el ñemboyeré! Por qué lo digo, porque seguramente detrás de cada computadora, varios argentinitos que leyeron el informe y leen esto (los que se quedaron y los que se fueron) están sacando sus propias conclusiones, y culpándose unos a otros, rasgo cultural que nos identifica por más que emigremos a la luna. Los que están acá seguramente saltarán con el típico “yo elegí quedarme para luchar y cambiar las cosas, no corrí ante el primer conflicto”. Y los que están afuera replicarán con el típico “yo salí porque Argentina nunca va a cambiar, y acá por lo menos aprecian lo que hago y me respetan”. Lo curioso del caso es que el que se queda, en realidad vive soñando con una oportunidad para rajar. En su mente está en las islas Fidji comiendo mariscos, y no de turista, sino trabajando de cualquier cosa, que obviamente no haría en el país en donde se quedó a luchar para que todo mejore. Y el que se fue vive soñando con volver, y cada centavo que junta piensa en invertirlo en el país que “nunca va a cambiar”, y en su profunda nostalgia compra a precios exorbitantes productos del suelo que eligió dejar y no le respeta. También, seguramente, aparecerá el argentinito que se quedó porque acá “tiene todo” y logró juntar con su “esfuerzo”, pero vive en el ensueño de enviar a su hijo “aunque sea unos días” para la “Ingland” o “de Iunaited Esteits of América” o rajarse ante la primera oferta que le hagan. ¿Por qué?, porque los argentinos somos así: criticamos a los Estados Unidos vestidos de Naik y escuchando a los Gansenrouses. O hablamos mal de los franchutes y españoles, hablando en françois o poniéndole la zeta a todo lo que dezimos. Por eso, antes de protestar por cualquier pavada aquí en su país, emigre. Y una vez afuera, compre yerba y dulce de leche a 50 euros o dólares. Y no hace falta que se borre el tatuaje del Che que tiene en el hombro.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Hay hay hay, esto no cambia mas es un cuento de nunca acabar. Somos inconformistas por naturaleza. Igual creo no es un mal argentino sino de otras nacionalidades también, sobre todo de acá cerca. El que se va quiere volver y a veces no se porque se fueron, por la parte económica es la excusa pero viven trabajando y terminan juntando unos pesos como vos decis para volver al mismo infierno económico, o dan la excusa que extrañan y que se yo. Creo que hay gente que se hace ver mas que nada o quiere llamar la atención o decir yo vivi en... y? aca estan de nuevo viviendo la misma miseria que dejaron. Y el que queda plageandose sueña maravillas de los que se van, dicen: por lo menos se compraron una casita, si aca laburando como lo hacen allá y ahorrando lo lograrian igual y sin tener que sufrir todo lo que acarrea un desarraigo a veces a costa de dejar hijos y todo. Bueno ya se hizo muy largo y hay mas por hablar... todo el mundo podría opinar algo de este tema....