sábado, 10 de enero de 2009

Sólo para el pucherito


Dentro de todo este año empezó bien, aunque en realidad uno ni se imagina cómo empezó el año de cada uno. En general, decimos, va todo bien. La preocupación por la crisis tan mencionada en los medios, apareció solamente como eso: una mención exagerada en los medios. Sí, ya sé, no hay que ser tan obtusos en pensar que la crisis no afecta ni va a afectar. Afectó y mucho, pero esa “preocupación” no se notó mucho en los últimos días de fin de año, principalmente en los supermercados y en los colectivos y autos que iban y venían de Paraguay y Brasil. “No hubo mucho movimiento como en años anteriores”, le escuché decir a un taxista, de esos que saben todo. (Si usted tiene algún inconveniente de cualquier índole, tómese un taxi o remisse, seguro que le darán la solución). “Me acuerdo que antes la gente compraba más”, continuó con el análisis el psico-socioeconomista profesional del volante, “pero este año no se compró mucho, la gente sólo compró para navidad y fin de año”. Sin embargo, este amigo de las calles, parece que no habló mucho con los dueños de supermercados y comercios -que para los meses de agosto y octubre del año pasado también estaban preocupadísimos-, pero que para los días de las fiestas no podían ocultar su alegría detrás de esa cara huraña y consternada. Bueno, a algunos la crisis le vino bien para “ajustar” la cantidad de personal, pero ese es otro tema. La verdad es que mi amigo el psico-socioeconomista -como la mayoría de los argentinos- terminó contándome al final del recorrido que por suerte en las fiestas pudo comer el “chanchito” con su familia, “tranqui”, porque el turismo “gracias a Dios” todavía da para “el pucherito” y que esa tarde tenía “un viajecito a Ciudad del Este” con unos gringos que por ahí le va a venir bien “para agarrar algo” para la entrega del “cero” que quiere sacar. “Y sí”, reflexioné –para no quedar como que no sé nada de actualidad ni del efecto de la crisis, porque en este país uno tiene que saber, no puede ser ignorante- “uno siempre busca alguito para sobrevivir, fijáte yo me tomé un taxi porque no me da para el colectivo”, le dije esperando la risa que nunca llegó, y mientras doblaba en una esquina encandilándome con el “relojito de oro” que le regaló “la hijita” en navidad, concluyó: “sí, viste, todos estamos así, ojalá que no empeore, porque no sé qué vamos a hacer”. Claro, yo no me daba cuenta lo malo que está el tema de la crisis, ¡qué vergüenza! Ojalá, en serio, que el promedio de ocupación de 80% en los hoteles no cambie y que el ingreso a Cataratas continúe siendo de 4 mil por día, para que nuestros amigos psico-socioeconomistas que viven del turismo, los gastronómicos, y nosotros claro, no la pasemos tan mal.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

ejej es cierto, nos quejamos al pedo y andamos pensando en el cero, somos unos hipócritas sabelotodo... me gusta tu ironía López... muy bueno. Roberto

Anónimo dijo...

Me alegro que sea asi y la crisis no llege anadie por lo menos no con tanta fuerza ya que mas pobres no hacen falta pero es verdad que siempre cada uno se queja a su nivel y nunca agradecemos lo que tenemos o nunca lo valoramos. Espero este año no nos golpee tanto la economia