viernes, 9 de marzo de 2012

Pily pisó el palito, ahora agarráte


La renuncia de Morel a la presidencia del Concejo no es la separación del Radicalismo de la Renovación local ni nada similar, porque siempre estuvieron apartados, y ellos mismos se encargaron de dejarlo claro, aun cuando se abrazaban para saludarse en los festejos.

Esta dimisión, causada por la ausencia de todos los concejales renovadores en la sesión en la que Morel lideraba la solicitud de un informe al intendente sobre un “hecho de corrupción”, es solo un ejemplo más de un apartamiento muy sabido, y el comienzo del pago de un alto costo político para ambas partes.

El distanciamiento político fue dado a conocer en plena campaña, cuando Morel –el candidato radical con más votos en las filas del Frente para el Cambio –fue muy duro al referirse a quien hoy es intendente, diciendo que después de especular con varias listas “Sánchez entró por la ventana” al frente opositor que se unió para ganar a Filippa.

Luego, ya como concejal de la nueva gestión, reafirmó ese apartamiento cuando repetía, después de halagar algunas cuestiones de esta gestión, que el hecho de formar parte del frente ganador no significa que no va a denunciar lo que le parece mal.

Y por si esto fuera poco, en una entrevista con Lavozdecataratas, Morel sentenció que por los votos logrados solo “Filippa fue el gran ganador”, dejando claro que sin los sufragios aportados por él desde el Radicalismo, el frente de Sánchez no hubiese llegado a la intendencia.

Es decir, después del triunfo del frente sanchista, existió un momento de idilio –casi obligado –entre los renovadores y el radical, principalmente para agradecer a Morel los mil votos que hicieron ganar a Sánchez, pero nunca hubo un amor declarado de ninguna de las partes, principalmente porque, por más que Morel haya coqueteado con la Renovación allá por 2003, él se debe al Radicalismo al cual debe responder desde su banca.

Por esto, ante el dilema acaecido por la denuncia “de un hecho de corrupción” en el seno de la intendencia, hecha por el diputado provincial radical Horacio Spallanzani, quien formó parte también del Frente ganador de Sánchez, Morel tuvo que decidir entre apoyar al frente renovador que hoy administra la municipalidad o al partido que le dio el espacio para llegar a su banca de concejal. Su renuncia a la presidencia del Concejo demostró que prefirió el Radicalismo.

A partir de ahora, comienzan ambas partes a pagar las cuotas de un pagaré político carísimo, que entre sus principales matices tendrá un Concejo diferente, intranquilo, tenso, con un opositor dolido que tomó cuentas que su paso por la presidencia no era de gusto total para sus pares y principalmente para el grupo justicialista de la renovación local, liderado por Harry Foos, desde donde un funcionario habría cometido “el error” de entregar recibos de pagos no oficiales.

Además, se probarán las lealtades políticas de cada uno, como la del renovador Luís “Toto” Sánchez, quien hasta hace muy poco secundó a Morel en cada movimiento, pero fue uno de los ausentes en la sesión que hizo renunciar al radical.

Por otra parte, la presidencia del cuerpo será ocupada por quien Lavozdecataratas anunció que así sería, Lucio Schereiner, por ser quien se declaró renovador antes de las elecciones, saliendo del Radicalismo para ponerse al lado de Sánchez, y por ser quien garantizará que el ejecutivo no tenga que dar muchas explicaciones, y si las tiene que dar, será un poco más fácil.

1 comentario:

ALMA dijo...

MUY BUENA TU DEDUCCION HUGO!!! ES DECIR QUE VA A SER MAS DE LO MISMO,LO QUE NO CONVENGA,NO SE PIDE EXPLICACIONES Y YA ESTA!! O NO ... Y EL CAMBIO QUE SE PREGONABA??