miércoles, 27 de enero de 2010

Tengo que confesar


Tengo que confesar, entre tantas cosas, que el dolor de cintura no es por el cansancio de una larga jornada de trabajo, es porque cuando era mucho más joven me golpeé jugando al fútbol y nunca quise tratarme médicamente. Así también, o algo parecido, sucede con el dolor de cabeza. No es porque esté preocupado por algo en especial, es porque en realidad soy melancólico y depresivo por naturaleza, y entre todos los cables, sanos y no, de mi cerebro no dejan de dar vueltas millones y millones de protones, neutrones, botones, y calzones de mil razones que quieren entender el por qué de las banderas, fronteras, colores, canciones y municiones.
Tengo que confesar también que cuando era niño mentí a mi madre que una tía le mandaba a pedir dinero prestado, porque con un primo queríamos fumar y no teníamos con qué comprar los cigarrillos. Consecuentemente, confieso que fumé, aunque hoy no lo haga ni lo recomiende. Confieso además que desde muy pequeño, quizás desde la misma edad en que probé fumar, me gustaron las letras, de las que me enamoré sin saber por qué y aún intento conocerlas, para amarlas aún más y saborearlas hasta que en el límite de sus sabrosos contornos vislumbre más espacio para recorrerlas sin fin.
Confieso, que por tal enamoramiento, en la escuela las clases de lengua, literatura, historia, estudios sociales, y geografía, para mí no eran lecciones de estudio sino un reposo de embelesamiento entre poemas y prosas que me convertían de Cid Campeador a un marino de Marco Polo, de un indio Mbya a soldado de Güemes, y del estadista Lilcoln al dulce Bécquer, mientras recorría con Neruda el hermoso infierno verde del contundente Horacio Quiroga, de Yaguaratés, loros, pirañas, yararás, y me volvía luego en el vulnerable, perdido, soñador, y enamorado gurí pavo, que saboreaba la chipa del recreo con un libro de García Márquez bajo el brazo.
Confieso que no me arrepiento en absoluto por las cosas que hice, y que me arrepiento hasta el cansancio desesperado por las cosas que no hice. Hasta tal punto esto, que intento vivir al día todo lo que puedo, y mato mi pegajosa melancolía con una sonrisa que arranco de simples vuelos de pájaros, mecer de hojas, ancianos de la mano, gurisitos jugando, y el humor irreverente de esta vida que debo vivirla.
Confieso que aun hoy, con treinta años de edad, prefiero las horas llenas de güira cambota, escondidas, tuli, tejo, mancha, pistoleros de guaú, armado de casitas de barro o en los árboles, caminatas sin remera hasta el río o bajo la lluvia, eternos tererés de cocú o verbena, y la arena bajo los pies descalzos, mientras pateo el agua del río o el mar; y prefiero, por haber probado los dos, mil veces un mate con el roce de su mano bajo millones de estrellas que mil horas de lujo y confort en fríos hoteles con sólo cinco de ellas; y confieso también que me parecen patéticas, aburridas, y tediosas hasta las náuseas las razones adultas en reuniones de cháchara egoísta y pretenciosos alardes vacíos.
Y confieso, para que lo sepa el mundo, aunque me falten infinitas confesiones más, que vi, viví y acaricié el amor. Confieso que me enamoró como nunca antes, que es como un rasguño suave dentro del estómago, un latido rápido que tiene las letras de su nombre, que su boca está en el aire, y sus ojos en las hojas de los árboles, sus manos en la brisa penetrante, y su piel en el barro distante. Confieso que la amo con la retinas, con las venas y las entrañas, que su suspiro es el beso que me falta, y que jamás saldrá de mi vida, aunque viva debiendo la vida que me desgarra el alma.

7 comentarios:

Anónimo dijo...

Lo que se ama no se deja
Si la amaras no la dejarias

Anónimo dijo...

QUEDA PROHIBIDO

¿ Qué es lo verdaderamente importante?,
busco en mi interior la respuesta,
y me es tan difícil de encontrar.
Falsas ideas invaden mi mente,
acostumbrada a enmascarar lo que no entiende,
aturdida en un mundo de irreales ilusiones,
donde la vanidad, el miedo, la riqueza,
la violencia, el odio, la indiferencia,
se convierten en adorados héroes,
¡ no me extraña que exista tanta confusión,
tanta lejanía de todo, tanta desilusión!.
Me preguntas cómo se puede ser feliz,
cómo entre tanta mentira puede uno convivir,
cada cual es quien se tiene que responder,
aunque para mí, aquí, ahora y para siempre:
Queda prohibido llorar sin aprender,
levantarme un día sin saber qué hacer,
tener miedo a mis recuerdos,
sentirme sólo alguna vez.
Queda prohibido no sonreír a los problemas,
no luchar por lo que quiero,
abandonarlo todo por tener miedo,
no convertir en realidad mis sueños.
Queda prohibido no demostrarte mi amor,
hacer que pagues mis dudas y mi mal humor,
inventarme cosas que nunca ocurrieron,
recordarte sólo cuando no te tengo.
Queda prohibido dejar a mis amigos,
no intentar comprender lo que vivimos,
llamarles sólo cuando los necesito,
no ver que también nosotros somos distintos.
Queda prohibido no ser yo ante la gente,
fingir ante las personas que no me importan,
hacerme el gracioso con tal de que me recuerden,
olvidar a todos aquellos que me quieren.
Queda prohibido no hacer las cosas por mí mismo,
no creer en mi dios y hallar mi destino,
tener miedo a la vida y a sus castigos,
no vivir cada día como si fuera un último suspiro.
Queda prohibido echarte de menos sin alegrarme,
odiar los momentos que me hicieron quererte,
todo porque nuestros caminos han dejado de abrazarse,
olvidar nuestro pasado y pagarlo con nuestro presente.
Queda prohibido no intentar comprender a las personas,
pensar que sus vidas valen más que la mía,
no saber que cada uno tiene su camino y su dicha,
sentir que con su falta el mundo se termina.
Queda prohibido no crear mi historia,
dejar de dar las gracias a mi familia por mi vida,
no tener un momento para la gente que me necesita,
no comprender que lo que la vida nos da, también nos lo quita.

A ver si se dejan de tanto amor y lo concretás. No sea cosa que se te escape.

Anónimo dijo...

Chicos; por favor....hay tanto amor entre Ustedes, de esos que casi no se ven. Por que tanto sufrimiento? Son dos personas fantásticas y estoy segura de que son capaces de afrontar, lo que sea los que los mantiene separados en este momento. Les ruego....buesquen un reecuentro y celebren el amor que se tienen!

Anónimo dijo...

Hugo, la verdad escribis muy bonito y es verdad lo que dicen en uno de los comentarios... solo tenes que amar no sufrir. Te conozco y se que nunca estuviste enamorado como esta vez. Ojala estes bien

Anónimo dijo...

Lopecito es la mujer de tus sueños como me dijiste una vez... metele pata chamigo, ya se va a resolver lo tuyo. a veces es jodido para los hombres pq no sabemos expresarlo tan lindo como vos pero dale para adelante.

Kelly Ferreyra dijo...
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Anónimo dijo...

If you asking then I'm telling you it's yes (Yes, yes)
Stand in love, take my hand and love Jah bless
Right, right ....