sábado, 9 de abril de 2011

No sé, no me importa

No saber por qué da vueltas la tierra no importa, pero que no me importe, importa muchísimo. Así como no saber el nombre y apellido de mi vecino no importa, pero que no me importe quién es mi vecino, afecta la vecindad.

Subir al colectivo en donde viajo todos los días sin saludar al que maneja no importa, no es necesario ni obligatorio, pero que no me importe saludar hace que al chofer no le importe manejar para quien sea que suba.

Conocer a todos mis compañeros del trabajo fuera del ambiente laboral no importa, pero que no me importe con quién trabajo, afecta el trabajo todos los días. De la misma manera no importa no recordar todos los consejos y correcciones de mis padres, pero que no me importen mis padres hace que no existan familias.

Así también estoy en todo mi derecho para decir que no me gustan los diarios y los libros, pero que no me importe leer las noticias y los libros, hace que mi mente elija lo primero que vea y escuche.

Y si me gustan sólo algunas letras, no importa, pero que solo me importe leer lo que me gusta hace que aprenda solo la mitad.

Para caminar sin mirar a mi alrededor tengo todo el tiempo de mi vida, pero que no me importe mirar a mi alrededor hace que mi vida sea una pérdida de tiempo. Las calles pueden albergar mis pasos sin que me importe sus trazos, pero que no me importen sus nombres hace que los niños de mi pueblo no tengan historia.

Pueden no importarme los políticos ni los que dan lugar a sus chácharas de conventillo, y los que gobiernan me pueden disgustar tanto como quiera, pero que no me importe la política hace que el país que sueño tarde en llegar, mientras yo siga diciendo no sé, no me importa.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Cuanta verdad Lopez!
Javier

Kelly Ferreyra dijo...

Sabes una cosa López? no sé, ni me importa, solo te amo, bichito moshooo de mi vida.
Coaticito, perejil, mango y orégano, no me importa, porque es el sabor de los dos.